El sueño de una escuela de artesanos para Florencio Varela

El ser artesano, una profesión de las más antiguas y nobles en la historia de la humanidad, pero también es de las menos reconocidas o valoradas. El uso de las manos, como herramientas, y la creatividad, como motor, para generar objetos artísticos se fue perfeccionando a lo largo de cientos de años y hasta hoy sigue siendo la fuente de ingreso de muchas familias. En Florencio Varela, se los puede encontrar en las calles, en las plazas, sobreviviendo, haciendo que su saber nunca se acabe.

Elaborar artesanías es un trabajo que requiere de mucho tiempo, técnica y precisión para formar piezas únicas que muchas veces se enseñan a lo largo de generaciones. Gran parte de los artesanos trabajan de manera informal y, al momento de darle valor a sus piezas, tienen problemas para establecer un costo.

“La artesanía es uno de los oficios más antiguos de la humanidad, se considera patrimonio cultural vivo e inmaterial, al elaborar nuestras artesanías de manera manual creamos piezas únicas e irrepetibles, lo cual no genera ningún tipo de competencia desleal a los comercios aledaños” explica Daniela Falvo, una de las referentas del colectivo en Florencio Varela y se lamenta “ser artesano, en la calle, implica ser perseguido por los inspectores municipales, ya que, en el distrito de Florencio Varela no se hace ningún tipo de diferenciación entre un vendedor ambulante y un artesano”.

Artesanos, ni más ni menos

Y, es que, no parece ser sencillo comprender a los trabajadores artesanos, en tanto trabajadores atípicos. Con “atípicos” en contraposición a la “tipicidad” del trabajo asalariado en relación de dependencia.

“Nosotros somos un grupo consolidado de 20 artesanos que conformamos una agrupación autogestiva «artesan@s independientes peatonal Fcio. Varela». Hace más de 15 años que trabajamos en la peatonal. Por otra parte, hay muchos que lo hacen de forma individual en distintas calles del centro varelense, como también en la feria paseo del artesano (que está ubicada en la plaza San Juan Bautista los fines de semana) y otros artesanos que por necesidad de trabajar fueron persuadidos por la escuela de emprendedores… pero sabemos que no es lo mismo un artesano que un emprendedor. Desde nuestro espacio, siempre intentamos trasmitir nuestros saberes de manera no formal a toda la comunidad y siempre soñamos con tener nuestra escuela de artesanos para poder seguir trasmitiendo a las generaciones futuras los oficios de nuestros antepasados” cuenta Daniela.

Para que un producto sea considerado artesanal se debe haber transformado el material virgen, a partir de la ejecución de al menos dos técnicas y debe intervenir y predominar el trabajo manual (por sobre la máquina). Ello supone que cada producto es único y no existe el trabajo industrializado ni en serie.

Surfear la ola

Al tratarse de una actividad comercial por cuentapropia, los artesanos se encuentran en una doble situación de vulnerabilidad en momentos de crisis socio-económicas: frente al desconcierto o imprevisibilidad de sus ingresos debido a la caída del poder adquisitivo, y por tanto, de las ventas, los enfrenta con la posibilidad de un incremento de la competencia – dado el probable aumento de la cantidad de trabajadores que ante situaciones de desocupación o baja de ingresos, buscan actividades con escasas o nulas barreras de acceso-.

“La situación económica local es bastante desfavorable, y después de la pandemia fue más notoria” afirma Daniela.

El trabajo atípico de los artesanos, debe ser entendido como parte del universo del trabajo informal.

“La situación ideal para poder desempeñar nuestro trabajo, sería a través de una feria artesanal en la peatonal, que sea de lunes a lunes, ya que lo que nos ofrecieron hasta ahora es una feria una vez al mes solo tres días. La población, en general, no puede vivir de trabajar tres días al mes. Consideramos que el lugar apropiado es la peatonal, porque es donde estamos hace años y no solo nos beneficia a nosotros, sino también a los comerciantes, porque se va a producir un mayor movimiento de gente local y de otras localidades, lo cual va a incrementar notablemente los ingresos de todos… por otro lado, da una apertura a la promoción y difusión de la cultura en Florencio Varela”, concluye Daniela.

Más allá de las estrategias puntuales que desarrollan los actores para revertir la merma de ingresos asociada a los periodos de crisis, se da continuamente un proceso de resignificación y construcción de la identidad de los espacios de exposición de productos artesanales y del colectivo de trabajadores que en ellos ejercen su actividad laboral.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) destacó en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrada en París en el año 2003 que la artesanía tradicional constituye la manifestación más tangible del patrimonio cultural inmaterial. Apoyar a los artesanos locales y compartir información útil para la continuidad de su labor es preservar el patrimonio cultural varelense.

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