“La trampa de la quinta hora”

Al 19 de octubre de 2022 el valor de 1 (una) Canasta Básica Total tipo 2 según INDEC es de $128.214,11, mientras el “sueldo docente de nivel primario que se inicia es de $92.000”. Frente a este contexto, la 5ta hora podría parecer un salvavidas para algunos maestros. Sin embargo, ellos denuncia que no sería más que un estrategia del gobierno para resolver la grave crisis educativa con medidas cosméticas a corto plazo, que se vienen acumulando con los años y agravadas tras la pandemia. Para entender mejor la situación de los trabajadores de la educación primaria en Florencio Varela, DIARIO VESPERTINO, dialogó con la docente de la Escuela N°35 de Ingeniero Allan, Mariana Rosales.

-Recordános ¿en qué escuela estás trabajando y cómo se compone la comunidad educativa del lugar?

-Trabajo en la Escuela n° 35 de Ingeniero Allan. Es una escuela con una matrícula de más de 1300 alumnos. Tenemos 40 grados. Además de docentes de grados hay una cantidad grande de profesores. También están los auxiliares.

Las familiares, la gran mayoría tienen trabajos ultra precarizados e informales, muchas veces los únicos ingresos estables son los planes sociales y asignaciones. Esta forma de sostenimiento de la economía familiar se ha venido sosteniendo en el tiempo, desde que estoy en esa escuela hace 20 años aproximadamente. Son familias que viven el día a día.

Al 19 de octubre de 2022 el valor de 1 (una) Canasta Básica Total tipo 2 según INDEC es de $128.214,11. La suba de precios general del décimo mes del año podría estar así en un rango que va desde el 6,5% hasta el 6,8%, de acuerdo a la consultora en la que se pregunte. En tanto que, Argentina se mantiene como décima en el top 10 de inflación global en dólares.

-¿Cuál es la relación del sueldo promedio de un docente con la canasta básica?

-Según los datos en septiembre, la canasta básica para no ser pobre estuvo en 128.000, y el sueldo docente de una maestra que se inicia es de 92.000, redondeado para arriba. De nuestro sueldo salen muchos de los materiales que les damos a nuestros alumnos, incluso de uso diario que no traen: lápices, hojas, …, y de tareas q hacen a nuestra labor.

-En líneas generales, los establecimientos educativos varelenses, ¿en qué condiciones están, tanto edilicias como de materiales, para el dictado de clases?

-Aún quedan muchas cuestiones de infraestructura que resolver. En muchas escuelas, desde hace un tiempo, estamos dando clases mientras se están realizando las obras, con la circulación de gente y ocupación de espacios que eso trae, readecuamiento de recreos y restricciones de uso.

La falta de inversión en la infraestructura es de décadas, no puede atribuirse únicamente al gobierno macrista. La inversión en educación siempre ha sido poca y se ha recortado gobierno tras gobierno. Ahora el ajuste con sus recortes también se ha visto en educación, nuevamente.

Hace unas semanas, en la Bosques, una docente que daba clases tanto a la mañana como a la tarde, salió a comprar el almuerzo en el entre turno, y allí fue brutalmente agredida por familiares de un alumno. Mientras se desarrollaba un acto de repudio por este hecho, dos maestras de la escuela 64 en Ingeniero Allan, eran también agredidas en la puerta del establecimiento por padres disgustados por la falta de saludo en un cumpleaños.

-¿Qué es para vos «la violencia»?

Violencia es todo aquello que amenaza tu integridad cómo persona. Puede ser en forma de amenaza o como un hecho concreto de agresión verbal, física o incluso el impedimento de poder ejercer derechos, eso es violencia. La mayor expresión de violencia es la que pone en riesgo nuestra vida, la física. Aunque un hecho de violencia puede afectar la vida de tal manera que psicológicamente no podamos afrontar el día a día.

-¿Qué opinión te merecen los hechos de violencia física sucedidos en Florencio Varela?

La violencia siempre debe ser repudiada. La solidaridad, acompañamiento y sostén son una obligación desde el Estado, desde el colectivo de trabajadores organizados que son los sindicatos y desde la comunidad.

La violencia se expresa en la escuela por transmisión de la violencia que vive la comunidad, y también porque es transmitida desde determinados sectores en sus mensajes de odio y discriminación hacía sectores sociales vulnerables y también hacia los docentes. Los docentes vemos cómo se ataca y se desvaloriza nuestra labor, no solo por sectores con ideología de derecha sino desde el propio gobierno también. Perdemos nuestra condición de trabajadores de la educación, y de crear lazos con la comunidad pasamos a ser vagos, incompetentes y privilegiados. No todos nos ven así, pero el mensaje está y en un sector hace nido. Ese mismo discurso hace que sea más fácil imponernos peores condiciones laborales y salariales.

Los docentes estamos permanentemente en estado de alerta, pensando que en cualquier momento puede ser nuestro turno. El hilo se corta por lo más débil y hoy estamos en esa situación. Somos el lugar donde se expresa la crisis que viven nuestras familias, las de nuestra comunidad.

-¿Cómo creés que se puede seguir trabajando luego de ello?

-Debemos luchar por crear las condiciones para que estas situaciones no se repitan. No alcanza con repudiar y acompañar a quienes sufren ataques, debemos recuperar el lazo de confianza con la sociedad. Debemos luchar por mejorar la educación, que lo que ofrece nuestra escuela nos ponga en un lugar de respeto, que nuestras familias vean que la escuela ofrece lugares dignos y seguros, además de comedores de calidad. Es una tarea que desde el Estado y los gobiernos se debe realizar, los recortes precarizan y eso es violencia. Los docentes debemos organizarnos como trabajadores y rechazar condiciones laborales precarias y flexibilizadas, como la 5ta hora, que solo baja la calidad educativa al sobresaturarnos por unos pesos más. Nuestros sindicatos, en nuestro caso el FUDB y en mi caso SUTEBA específicamente, exigir al gobierno más presupuesto, oponerse a toda flexibilización y precarización, pedir aumentos que realmente cubran lo que necesitamos para vivir y trabajar con calidad.

Pero lamentablemente, Suteba apoyó la trampa de la quinta hora, y cuando Eduardo Amadeo acusó a Baradel de haber hecho huelga para apoyar a un docente acusado de abuso, nuestro secretario general, en lugar de aprovechar para denunciar la ola de falsas denuncias, la violencia sistemática, …, se limitó a decir “nunca hice eso”, incluso le va a iniciar juicio a Amadeo por calumnias. Lo último que necesitamos los docentes agredidos es una dirigencia que dice “yo no fui”. Tenemos que plantarnos y explicar estas situaciones de violencia a toda la sociedad con mucha firmeza, para enfrentar también los ataques de la derecha, que son los primeros en colaborar en que se acuse a los docentes de cualquier barbaridad, destruyendo la vida de muchos, como denunció Erika, la jardinera que habló en la marcha que hicimos en Varela.

Los espacios de trabajo con la comunidad para establecer formas de resolución de conflictos como institución educativa son necesarios, útiles y obligatorios, pero son un dedo tapando el sol si no cambiamos todo aquello que genera la violencia.

Los docentes asumimos el compromiso con la educación y con nuestras comunidades. Ocupamos nuestro lugar más allá de lo educativo, somos para muchos el primer contacto con el Estado. Cuando el Estado los ha violentado en sus derechos más básicos, somos la cara sobre quien expresar su intolerancia a eso.

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