“Tengo grandes esperanzas que, a partir de un nuevo impulso a la CELAC, se retome la senda de la gran Patria Americana”
Desde hace tiempo, el gobierno argentino se autopercibe como líder a nivel –de mínima- regional y, así lo hace saber en cada rueda de prensa en la que se trata el tema de las relaciones internacionales. Pero éste ítem no es para nada sencillo de comprender sin un análisis de contexto. Para ello, DIARIO VESPERTINO consultó a Daniel Symcha –experimentado periodista formado en Conflictos Internacionales y Geopolítica-. Es él quien advierte que “las Naciones se mueven por intereses y no por ideologías” y que “la integración regional es una necesidad para alcanzar una posición de fuerza en el concierto internacional. Argentina, Brasil y México son los faros de América Latina”.
El Programa Conflictos Internacionales del en el Siglo XXI, la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas, la Maestría en Estrategia y Geopolíta, son solo tres espacios de formación de las tantas capacitaciones que el periodista y productor de Radio Mestiza –UNAJ-, Daniel Symcha, tiene en su haber.
-Vos y yo sabemos que relaciones Internacionales afectan la vida cotidiana; sin embargo, no es algo que sea palpable en las calles de los barrios pues no es que se registre a simple vista. ¿Cómo le explicarías a Doña Rosa que estas inciden en su vida?
-Antes que nada hay que decir que las Naciones se mueven por intereses y no por ideologías. Cada país tiene un interés central que es la supervivencia y una serie de estrategias para alcanzar ese interés u objetivo central.
Eso hay que replicarlo por las 206 Naciones, Principados, Reinos, etc. que hay en el mundo. Cada una de esas organizaciones gubernamentales elabora estrategias de supervivencia que pueden ir desde el comercio y la cooperación hasta el enfrentamiento en sus diversas variantes. En ese marco las tensiones son una cuestión cotidiana y natural, generalmente no son situaciones estancas, tienen un carácter dinámico.
Dentro de las estrategias de las Unidades Políticas Con Asiento Territorial (UPTCAT) como denomina el Dr. Marcelo Gullo a las organizaciones gubernamentales en sus diferentes modalidades, se desarrollan diferentes tácticas para alcanzar los objetivos planteados por los poderes políticos.
Esas tácticas incluyen una serie de acciones que pueden ser la conformación de un bloque comercial o cultural entre varios países (UNASUR, BRICS, ALCA, ALBA, etc), un acuerdo de libre comercio, liberar impuestos a las exportaciones o incrementarlos, presionar militarmente, abrir o cerrar fronteras a los migrantes, imponer un bloqueo, generar intercambio estudiantil, generar una guerra de baja o de alta intensidad, etc. Todo esto vinculado a las UPTCAT, es decir al campo institucional público.
Por otra parte están las Unidades Políticas Sin Asiento Territorial (UPSAT) que son las grandes corporaciones empresariales, organizaciones religiosas, las organizaciones armadas, organizaciones no gubernamentales, o el crimen transnacional (Armas, drogas, lavado de dinero, trata de personas, etc.)
Las UPSAT se mueven por intereses propios pero, además, forman parte en muchos casos de las tácticas gubernamentales para ejercer poder sobre las Naciones para evitar su desarrollo, someter las voluntades y mantener el status quo.
El caso de las ONGs es un ejemplo muy clarito, no me refiero a la ONG barrial que brega por una plaza o mantiene un merendero sino a las grandes ONGs con ramificaciones internacionales. Las ONGs se basan en la buena voluntad, el compromiso sincero y el trabajo de miles de personas y eso es loable. Pero bajo una consigna generalmente loable, emotiva y muy bien vendida, se suceden acciones que responden a intereses que los actuantes en las jornadas ni sospechan.
Podemos citar el caso de la campaña del Yaguareté por parte de Greenpeace que paralizó el proyecto del gasoducto “Norandino” que permitiría venderle gas a Chile beneficiando a Pan American Energy, empresa conformada por British Petroleum, Bridas (Arg) y China National Offshore Oil Corporation. También podemos citar el caso del petróleo en Mar del Plata donde vuelve a aparecer Greenpeace: Cuando se descubrió que podía explotarse petróleo en el Mar Argentino Norte a una velocidad record un grupo de ONGs presentaron una serie de herramientas judiciales que paralizaron por un buen tiempo toda la operatoria beneficiando a las actuales firmas dominantes del mercado de combustibles de Argentina y desconociendo que en Argentina se explota el petróleo vía “Offshore” en la Patagonia desde hace más de 50 años sin ningún tipo de incidentes.
Aclaremos, no es cuestión de andar arruinando o arriesgando el medioambiente del cual formamos parte. Acá debemos recordar que la República Argentina fue una de las primeras en tener dentro de su estructura jerárquica gubernamental, allá por 1973 durante el tercer gobierno de Perón, una Secretaría de Medio Ambiente dirigida, además, por una mujer: Yolanda Benjamina Ortiz, doctora en química de origen tucumano. Pero lo cierto es que se realizan acciones “de defensa” de algunos componentes del ambiente, con mucha fuerza y generalmente frente a temas vinculados con el desarrollo local que, casualmente, afectan intereses del poder hegemónico.
No tenemos mega campañas de queja, por ejemplo, de la producción de riesgo que implica la cría vacuna con el sistema feedlot o el peligro de un buque con armamento nuclear cruzando por el estrecho de Magallanes, o de los mega petroleros que esperan en medio del Atlántico Sur para abastecer demandas rápidamente en los distintos países.
Entonces, cuando a Doña Rosa, el combustible o el gas –o la harina o el aceite o la carne- les salgan más caros o vea miles de personas desocupadas necesitando de la ayuda del Estado para no morir de hambre, eso tiene que ver (A grandes rasgos explicado) con el resultado de operatorias por parte de distintos actores (Estatales y privados) en el teatro de las operaciones internacionales.
-A finales de enero un alto general estadounidense declaró que podría estallar una guerra en Taiwán en un plazo de dos años. ¿Cuál es tu sensación frente a ello? De ser así, ¿crees que afectaría a nuestros vecinos?
-Eso lo afirmó el general de la Fuerza Aérea norteamericana Michael Minihan, quien dijo que EEUU iba a estar en guerra con China por Taiwán. La verdad es que los EEUU no han declarado oficialmente la guerra a ningún país desde 1942 y las acciones bélicas individuales del siglo XX fueron en República Dominicana, El Líbano, Libia (1981 y 1986) y Panamá, el resto han sido acciones bélicas de distinto tipo y grado siempre conformando o formando parte de coaliciones.
Pero, respecto de Taiwán, debemos decir que cuando los comunistas chinos, comandados por Mao Tse-Tung en 1949, expulsan del territorio continental al gobierno nacionalista de Chiang Kai-shek, este se instala en la isla de Taiwán fundando la República de China con fuerte apoyo estadounidense. Esto hizo que China vea condicionada su salida al mar ya que su frente marítimo se encuentra rodeado de diferentes países y prácticamente no tiene salida directa a aguas internacionales. Prácticamente todos esos países, por lógica estratégica, presentan bases militares navales norteamericanas.
Los EEUU apoyaron económica y militarmente a los nacionalistas chinos y posteriormente tuvieron en 1955 y en 1958 dos crisis con China por Taiwán por lo que el conflicto es de larga data, es decir “sembraron a futuro”. Por la doctrina de “la destrucción mutua asegurada” (Armamento nuclear) difícilmente EEUU actúe de manera directa, pero es altamente probable que genere un escenario de conflicto como el que se desarrolla en Ucrania donde el campo de batalla es Ucrania y la zona de “amortiguación” es Europa. En Taiwán, quizás, se exalten viejas rivalidades como la de China y Japón, quienes han dejado de lado la doctrina militar de autodefensa y comenzaron un veloz proceso de rearme como para tener capacidad ofensiva. El otro actor es Corea del Sur.
En todos los casos se inventará una excusa como lo fue el incidente del golfo de Tokin en Vietnam, donde los EEUU denunciaron un ataque contra los destructores USS Maddox y el USS Turner Joy para ingresar a la guerra, lo cual posteriormente se descartó de plano. Otro ejemplo es la explosión del acorazado USS Maine en La Habana, Cuba, que dio inicio a la guerra contra España tras lo cual EEUU se apoderó de Guam, Filipinas, Cuba y Puerto Rico junto con archipiélagos circundantes.
Tengamos presente que mediante un conjunto de herramientas público-privadas que operan en el concepto de guerra híbrida (entre otros), los EEUU y Gran Bretaña van sembrando alrededor de Rusia y China una serie de conflictos a modo de operaciones de desgaste. Eso también pasa en América Latina. Ucrania, hoy, es el escenario por un lado para romper una potencial alianza ruso-germana y por el otro para socavar la economía europea ya que esa región podría recibir en breve una fluidez del comercio chino a partir de las rutas marítimas polares creada por los rompehielos rusos, que evitarían el Canal de Suez o Panamá dos zonas altamente vulnerables (Recordemos el barco encallado en Suez). Los conflictos en sus diversas intensidades afectan además la “Nueva Ruta de la Seda” que toca los intereses comerciales anglosajones.
En caso de un conflicto militar en la región de Taiwán, con un teatro de operaciones eminentemente marítimo en primera instancia, complicaría el comercio con nuestro segundo cliente en el mercado internacional y nuestro principal proveedor de manufacturas ya que es un comercio de ultramar y eso traería un fuerte impacto en la economía argentina y sobre todo en la economía de nuestros vecinos y vecinas quienes, si hay una buena política con proyección a futuro, podrían beneficiarse por la sustitución de importaciones.
Lo cierto es que, China y EEUU son las principales potencias económicas y ya se encuentran en una guerra comercial desde hace varios años y difícilmente entren en conflicto militar directo.
–Lula suscribió con Fernández un ambicioso acuerdo para recrear la integración de ambas economías. ¿Estamos frente a la recomposición del Mercosur? ¿Cómo impacta esto en los barrios?
-La integración regional es una necesidad para alcanzar una posición de fuerza en el concierto internacional. Argentina, Brasil y México son los faros de América Latina. El MERCOSUR sobrevivió al embate neoliberal porque la UNASUR era una amenaza concreta para los intereses anglosajones en América Latina. La UNASUR implicaba además del comercio y la educación, la defensa común, las obras públicas, el desarrollo financiero propio, energía y recursos naturales pero además la sede se ubicaba en Quito, Ecuador (Mitad del Mundo), ya que esta organización alcanzaba los dos océanos a diferencia del MERCOSUR. Además tuvo participación directa en la resolución pacífica de varios conflictos (Haití, Paraguay, Colombia y Venezuela, etc.), a punto tal que el Presidente de Colombia, en el momento de auge de la UNASUR Juan Manuel Santos, fue el impulsor de los acuerdos de paz con las FARC-EP y diálogos con el ELN.
Además la UNASUR implicaba el libre tránsito de los habitantes de los países integrantes presentando solamente el DNI en las fronteras. Además la construcción de la Carretera Interoceánica, que uniría Perú con Brasil pasando por Bolivia, otorgándole a Brasil y Bolivia una salida al océano Pacífico y a Perú, una salida al océano Atlántico fue un proyecto táctico de una envergadura colosal así como también lo fue el “Anillo Energético Suramericano”, para que Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay sean abastecidos de gas peruano. En el mismo rango el “Gasoducto Binacional”, proyecto energético de integración entre Colombia y Venezuela.
El retiro de la escultura de Néstor Kirchner en la sede de la UNASUR en Quito fue un hecho simbólico que respondió al intento del mundo de influencia anglosajón, de sepultar este tipo de iniciativas. Pero acá entra a jugar la importancia de la historia y la cultura común. El magma de pensamiento gestor de la destrucción de la UNASUR ha sido el Neoliberalismo, impulsado desde los EEUU por la administración Trump, en base a su operador político Stephen Kevin Bannon (EEUU) a quien podríamos llamar el padre de las “nuevas derechas” occidentales apoyado, entre otras organizaciones, por la firma Cambridge Analytica (SCL Group, UK) y métodos que nos llevan a las investigaciones sociológicas del Instituto Tavistock de Relaciones Humanas (UK), estructura que en Argentina llevo al poder a Mauricio Macri y benefició a empresas norteamericanas y británicas con explotación “offshore” en el Atlántico Sur sobre la que nadie dijo nada de nada.
La UNASUR, a diferencia de los EEUU (Territorio colonizado y despoblado por los Ingleses) estaba compuesta por países que tienen origen, usos y costumbres basados en la mezcla de las culturas de carácter imperial nativas y las luso-hispanas, cuyo acervo mixturado se basa en la organización institucional y no en el individualismo neoliberal, por lo que todavía tengo grandes esperanzas que, a partir de un nuevo impulso a la CELAC, se retome la senda de la gran Patria Americana.
-Estamos frente a una nueva derecha que es muy diferente al fascismo clásico, que irrumpió en la primera mitad del siglo pasado. Este potencial desemboque fascista de la ultraderecha no es un peligro restringido a Estados Unidos o Europa. ¿Cómo ves a nuestro territorio en ese sentido?
-Desde mi humilde opinión, creo que la diferencia fundante es que estas derechas no presentan una doctrina pero si un dogma, una supuesta idea basada en la mentira del “mérito personal” como camino para el bienestar, no general, sino individual. No ponen al Estado y el bienestar de su Pueblo por sobre todas las cosas, lo cual también creo que los diferencia del fascismo “clásico” o de consumo masivo. Sí es evidente que comparten criterios sobre la violencia y la xenofobia y el uso concreto de herramientas vinculado a esto.
Pero antes hablábamos de Steve Bannon y sus apoyos británicos y creo que por ahí va la cosa. Estos fascismos de cotillón, lo que no los hace menos peligrosos, son una parte operativa de una estrategia mayor de dominio que se basa en la desestabilización de las sociedades. Las herramientas de dominio de las sociedades ya no son las de un Virrey asentado, las de Napoleón o la de Hitler imponiendo al General de Infantería (Werhmacht) Dietrich von Choltitz como Comandante de París. Ya a principios del siglo XX los EEUU, mediante la Fundación Rockefeller y la Fundación Ford entre muchas otras, comenzaron un trabajo de hormiga que se conoció como la “Política de buenos vecinos” para erradicar la influencia francesa y alemana primero de América Central y luego de América del Sur.
Mediante herramientas de lo que Joseph Nye llamará en los años 90 “Poder Blando”, la Oficina del Coordinador de Asuntos Interamericanos (OCIAA) comandada por David Rockefeller y dependiente del Departamento de Estado (Cancillería) de los EEUU, entre otras tácticas (Conciertos, obras de teatro, películas, publicaciones, etc.) implemento una serie de becas para las y los estudiantes avanzados de las universidades latinoamericanas que consistía en una estadía larga en los EEUU para completar sus estudios.
Esas personas al regresar a sus Naciones por las referencias académicas, el apoyo de las Universidades norteamericanas y las organizaciones de comercio e intercambio en los distintos países, serían impulsadas para cargos públicos beneficiando o allanando el camino para los intereses norteamericanos.
Hoy, si bien esta estructura de poder blando se mantiene intacta, se utilizan además otras herramientas tales como la guerra híbrida que consiste en un conjunto de operaciones cuyo objetivo es la sociedad civil y tienen por misión la desarticulación de las mismas, generando debilidad institucional y caos. El lawfare es una de las herramientas más conocidas de esta guerra híbrida pero también lo son el criterio de la “alta rotación constante” en la música, la desinformación constante, la minería de datos, el trabajo de algoritmos, la migración, la pobreza planificada, el crimen urbano, etc.
Estas herramientas tienden a la desintegración de los núcleos sociales exacerbando los opuestos, generando caos y facilitando las operaciones de los organismos (Estatales o privados) destinados por los intereses extranjeros para alcanzar objetivos puntuales (No desarrollo de vacunas, Litio, Petróleo, desarrollo industrial, materias primas, recursos naturales, etc.)
No son elementos nuevos en una campaña de dominio pero al utilizarse mediante las nuevas tecnologías se alcanza una capacidad de impacto y velocidad nunca antes vista en la historia y lo que es peor, se produce un proceso sedimentario (Característica de la comunicación) que podríamos considerar una siembra a futuro para generar nuevos conflictos.
La construcción e impulso de las “nuevas derechas latinoamericanas” como herramienta en este esquema, se vio claramente en la reunión de “El Movimiento” – Nombre del grupo de Bannon que reúne a los partidos de derecha populista de Europa y América- primero en Hungría y luego en Foz do Iguaçu.