Pérsico vs. Massa y una disputa por la caja que deja el ajuste
Cualquier chispa puede ser un potencial incendio en la pradera peronista. La última contienda pugilística tuvo lugar en Desarrollo Social a partir de la decisión de la ministra Victoria Tolosa Paz de recortar unos 100 mil programas Potenciar Trabajo, que le representan al gobierno un “ahorro” de más de $3000 millones. Mientras algunos proyectaban reforzar sus estructuras de cooperativas y productivos, el ministro de Economía, Sergio Massa, cumpliendo con uno de los requerimientos del FMI, publicó el 6 de febrero, a través del Boletín Oficial, la resolución 63/2023, que obliga a cada ministerio a pedir permiso a Economía para reasignar aquellas partidas que no se ejecuten o provengan de los ajustes en curso. Así es que se configuró un nuevo escenario de disputa entre dos pesos pesados de un gobierno raquítico en unidad (y otras cosas). Con la inflación acechando y las elecciones a la vuelta de la esquina, la guerra de los decretos (y resoluciones) amenaza con acrecentar el fuego interno y volver a foja cero los intentos de estabilización política que tanto dicen buscar, desde Alberto hasta Cristina.
Cualquier chispa puede ser un potencial incendio en la pradera peronista. Por momentos se confunden las tendencias en disputa: los que hoy se matan, en un par de semanas pueden ser circunstanciales aliados y volver a la guerra tan solo días después.
La última contienda pugilística tuvo lugar en Desarrollo Social a partir de la decisión de la ministra Victoria Tolosa Paz de recortar de unos 100 mil programas Potenciar Trabajo, que le representan al gobierno un “ahorro” de más de $3000 millones. Hasta ahí la medida no generó grandes revuelos dentro del frente “Todos”, más allá de algunos enojos y quejas. Por el contrario, el grueso de la coalición no solo vio con satisfacción la cruzada “antidéficit” sino que hasta algunos sectores fantasearon en la simpatía que la medida pudo haber logrado en una “clase media” acostumbrada a regodearse en el desprecio a los pobres, esos a los que tanto temen parecerse en un futuro no muy lejano.
Imagen: Carlos Brigo / Télam.
El acuerdo silencioso del ajuste pareció sacudirse cuando se entremezclaron los papeles. Decretos y resoluciones contradictorios pusieron en crisis la endeble armonía del gabinete nacional. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo?
El conflicto explotó alrededor de esos más de $3000 millones mensuales que el gobierno obtuvo directamente del bolsillo a las familias más pobres que habitan estas tierras. Hasta hace unas semanas, el debate dentro de la cartera social parecía claro y definido. Con esas partidas, y amparados en el decreto 728/2022, se avanzaría para reforzar varias secretarias encargadas de dotar de maquinaria e insumos a las cooperativas y emprendimientos productivos constituidos a partir de los Potenciar Trabajo. La norma en cuestión había sido una de las primeras medidas de la ministra, aunque el texto parecía redactado a la medida del Movimiento Evita, organización comandada por Emilio Pérsico, uno de los funcionarios centrales de la estructura ministerial y con mayor peso dentro de los movimientos sociales peronistas.

Todo parecía encaminado en el sentido buscado por los “piqueteros oficialistas” hasta que apareció lo que hoy pareciera ser el ordenador mayor de la política argentina: el Fondo Monetario Internacional (FMI). Mientras algunos proyectaban reforzar sus estructuras de cooperativas y productivos, el ministro de Economía, Sergio Massa, avanzaba en sentido contrario y se disponía a cumplir con uno de los requerimientos que el organismo internacional le exigió a principios de año y que apuntaba a una reducción importante del padrón de planes sociales[1]. Atento al planteo y a los ajustes proyectados para las distintas áreas del gobierno, el líder del Frente Renovador sacó el As que guardaba bajo su manga. El último 6 de febrero, publicó a través del boletín oficial la resolución 63/2023 que obliga a cada ministerio a pedir permiso a Economía para reasignar aquellas partidas que no se ejecuten o provengan de los ajustes en curso[2]. Fuentes del palacio de Hacienda confirmaron a este medio la disputa en cuestión, mostrándose poco proclives a entrar en una negociación sobre el “ahorro” generado en Desarrollo Social. Así es que se configuró un nuevo escenario de disputa entre dos pesos pesados de un gobierno raquítico en unidad (y otras cosas).
Con la inflación acechando y las elecciones a la vuelta de la esquina, la guerra de los decretos (y resoluciones) amenazan con acrecentar el fuego interno y volver a foja cero los intentos de estabilización política que tanto dicen buscar, desde Alberto hasta Cristina.
[1] “Potenciar Trabajo, con bajas: los próximos recortes de planes sociales previstos con el FMI”, el Cronista Comercial, edición del 16 de enero de 2023.
[2] “Los ministros tendrán que pedirle permiso a Massa para hacer cambios en sus presupuestos”, La Nación del 6 de febrero de 2023.
:::Nicolás Salas, para ANRed:::