Cuando el chofer del bondi, nos salva de un secuestro
Ingrid V. es una asidua usuaria del transporte público. Como miles de vecinas del conurbano sur, ella usa el colectivo para ir y venir de su trabajo. Al igual que las demás mujeres, ella sabe que no está segura en la calle pero nunca había sentido el miedo tan palpable como el último viernes en que un chofer del 178, quizás, le haya salvado la vida.
Así lo contaba la misma Ingrid V. en su perfil de Facebook
“Buenas ahora que puedo, me tomo un tiempito para contarles lo que me sucedió el día viernes (31/3) a la salida del trabajo… Llego a la parada de Bustamante y Madariaga, a la cual voy todos los días a la misma hora: 17:15. Ese día, se encontraba un solo hombre en la parada. Al viajar todos los días, una ya sabe cuál colectivo es el que para y cuál sigue de largo debido a la cantidad de pasajeros que trae. Como todos los días, viene un 178 a las 17:15, el cual -por costumbre- intento pararlo pero venía lleno. Atrás, más o menos 2 cuadras venía el 373 rojo -el que siempre suele parar-. Como el semáforo se pone en rojo, quedan estacionados una camioneta, un auto y el 178. Los que venían en el auto, empiezan a llamarme, a decirme cosas, a hacer juegos de luces y a tocar bocina. Los miro y no eran conocidos. Se pusieron muy insistentes en que me acerque a ellos -lo cual obviamente no hice-. Cuando el semáforo cambia, baja un hombre del auto todo encapuchado y bloquea al señor que estaba en la parada, mientras el que manejaba pone el auto en la vereda casi encima de mí. No tenía para donde correr y es ahí cuando escucho el abrir de las puertas del 178. Me subí al instante. El colectivo estaba lleno, entré a duras penas… Pero el colectivero se había dado cuenta de la situación, de lo que esos hombres tenían pensado hacer. Me preguntó si los conocía. Le dije que no. Me dijo “en que estará pensando el hombre que estaba en la parada que no vio que el hombre del auto bajó a bloquearlo” con intenciones de hacerme algo. Le dije que lo mismo que pensaba yo y que pensé que él no iba a parar porque solemos tomar el colectivo que viene atrás. A lo cual me contestó “si yo no paraba, vos no llegabas a subirte al otro colectivo”. El auto no tenía patente era color gris y modelo viejo. Lamento no poder dar más datos pero es lo único que pude ver. Los que iban en el auto pensaron, al igual que yo, que el chófer no iba a parar. Hoy gracias a Dios lo puedo contar. Chicas tengan mucho cuidado en la calle, hay mucha maldad. No sé qué intenciones tenían, obviamente nada bueno… Mil gracias al chofer que se preocupó por mi todo el viaje, preguntándome cómo estaba y si tenía quien valla a buscarme a la parada cuando llegara, muchas pero muchas gracias”