Los vecinos de Villa Hudson tendrán agua… si llega la Tormenta de Santa Rosa
El pasado miércoles, AySA informó que por tareas de emergencia se originará una restricción del suministro en las siguientes localidades de San Juan Bautista, Zeballos, Bosques, Ing. Allan, Villa San Luis y Villa Vatteone… Sin embargo, los vecinos de Villa Hudson ya venían sufriendo la baja presión –cuando no nulidad de servicio- desde hacía varios días y, actualmente todo sigue igual. Lo que haya “arreglado” Agua y Saneamientos Argentinos, no funcionó para esta zona.
El 30 de agosto se celebró el día de Santa Rosa de Lima en la República Argentina, que se asocia con la tormenta que suele registrarse por esta fecha, aunque puede anticiparse o demorarse unos días. Esto genera sentimientos encontrados entre los vecinos de Villa Hudson. Por un lado, la alegría de poder sacar algunos tachos a los patios y recolectar agua y, por otro, el temor a inundarse.
Al tiempo que se vivía una sequía en las canillas del populoso barrio varelense, los lugareños se afanaban en realizar el destapado de las zanjas que ellos mismos realizaron hace ya varios años para que corra el agua durante las lluvias y, que también recibe las aguas residuales de los hogares. Y, esto se debe a que las alcantarillas, los sumideros, los desagües siguen siendo algo así como “el sueño de la cloaca propia”.
Pero, esto no es ninguna novedad. En el 2017, Martín Heinrich, -por ese entonces- director general de la empresa AySA, afirmó en la primera reunión con el intendente varelense que es “un servicio que requiere muchísima intervención, fundamentalmente en problemas que afectan la continuidad del servicio a quienes ya lo tienen, pero también ampliarlo a quienes todavía no y culminar con el objetivo de que todos los varelenses y todos los que están bajo nuestra responsabilidad y dentro de un plan nacional de agua y saneamiento logren el servicio”.
En aquel año, el mismo municipio encabezado por Andres Watson solicitó de forma inmediata realizar el reparto de agua a través de tanques cisternas en las zonas más críticas: San Rudecindo, Presidente Avellaneda, Villa Hudson, Santa Ana, Las Alicias, Pico de Oro, entre otros.
Sin embargo, seis años después de ese enérgico reclamo por parte de los vecinos y la acción inevitable del municipio, todo sigue igual: la baja presión es una constante y los cortes ya se naturalizan.
Y, es que es un barrio tan golpeado que le envían a funcionarios de la Fuerza Barrial de Aproximación, una fuerza policía destinada a zonas urbanas de –según el Estado- «alta concentración del violencia» ante el reclamo de los vecinos por falta de energía eléctrica pero de los funcionarios que deben garantizar el derecho al agua, no se sabe nada.