El suicidio de una hija y la lucha por dar un futuro a sus nietas

Marcela Ivanoff es la abuela que hoy decide hacer eso que los responsables biológicos (padres hombres) no ansían en este momento y aquello que el Estado responsable no cumple: garantizar una vida digna a sus nietas, quienes perdieron a su mamá el 16 de agosto del 2022 cuando solo tenían 15 y 9 años. En esta entrevista, podrás leer sin subjetividades periodísticas el sentir de una madre/abuela que se mantiene de pie por su primogénita y sus retoños.

Paula vivía en Florencio Varela, era una madre joven soltera que no deseaba morir sino dejar de vivir de la manera en que se había visto obligada a hacerlo, sin escapatoria. Hoy, de ella quedan tres mujeres supervivientes: su madre y sus dos hijas. Tres vecinas que hoy se ven despojadas de sus derechos, a quienes las leyes no alcanzan a proteger. Son dos nenas que sobreviven gracias al desgarro constante de su abuela, quien saca de donde no tiene para que ellas sigan adelante. El Estado les ha cerrado las puertas.

– Si tuvieras que contarles a la gente quien sos hoy y quien eras hace dos años, ¿qué les dirías?

-Hace dos años era una mujer llena de sueños, de proyectos, feliz, luchadora, plena, porque tenía mis hijos, mis nietos, mi pareja, mi trabajo. Disfrutaba la vida junto a mi familia. Hoy soy una persona, una mujer muerta en vida, que solo lucho para hacer justicia por la pérdida de mi hija y porque mis nietas tengan lo que por derecho les corresponde. Lucho para que tengan un plato de comida en la mesa día a día. Ya no tengo sueños, no tengo pareja, no tengo trabajo, porque quedamos solas.

-¿Quién era Paula?

Pau era mi hija, mi compañera, mi confidente, mi mitad. Una mujer guerrera que luchó sola por sus dos hijas dándole la mejor vida, educación, les enseñó los valores de la vida, hizo de sus pequeñas dos personitas hermosas llenas de luz. Nada la detenía, tenía muchos proyectos y sueños por cumplir.

-¿Cómo es la vida hoy de sus dos hijas?

Hoy las nenas luchan por llevar una vida normal, sin su mamá, tristes, en tratamiento psicológico. Pasan miles de necesidades por el abandono del Estado, de las diferentes instituciones, de la gente que prometía darnos una ayuda y no nos la dio, y estamos solas. Así viven mis nietas día a día, luchando a la par mía, dándome fuerzas para seguir golpeando puertas.

– Perder a su mamá duele, pero la burocracia administrativa también los hace doler, ¿por qué?

El dolor se maximiza porque la burocracia hace que las nenas pasen miles de necesidades. No cobran la Asignación Universal por Hijo, hace 13 meses, todo por burocracia. No cobran el progresar, no tienen ayuda social. Nadie nos abrió una puerta de esperanza para que se logre lo que por derechos le corresponde

-¿Por qué toda la responsabilidad sobre el presente y el futuro de tus dos nietas recayó sobre vos?

Estoy a cargo del presente y del futuro de las nenas, porque los padres  [hombres] nunca se hicieron cargo, porque siempre vivimos juntas, porque nos dejaron solas y porque las amo con toda la fuerza de mi alma y estoy acá poniendo el cuerpo y la voz por mi hija que ya no está en este plano.

-¿Sentís que el Estado los abandonó?

-Sí, siento si el Estado nos abandonó. Sí, totalmente. Totalmente.

Creo que las dos peores respuestas las recibí en el juzgado, por quinta vez fui a pedir asesoramiento para que me den un turno, porque los otros cuatro siempre me los tiraron abajo y la respuesta de una empleada fue que tenían poco personal y que se dedicaban a causas urgentes, graves, que mi situación era urgente para mí pero no para ellos. Y en el [Programa] Acompañar me dijeron que mi historia, la de las nenas, no eran compatibles con ese servicio. O sea, yo me hago una pregunta, ¿a qué llaman servicio para violencia de género? ¿Qué es violencia de género para ellos? Cuando dos menores sufrieron abuso sexual, abuso psicológico, manipulación de un psicópata, en el cual cuando mi hija se entera se suicida, pierde la vida, nos manipulaba psicológicamente a las cuatro, ¿no? Yo digo ¿tiene que haber más muertes? Estamos las tres en tratamiento psicológico. Ésta persona anda por la vida como si nada todavía, aunque la justicia está trabajando. Entonces yo digo, ¿a qué llaman violencia de género? No entiendo, no estaría entendiendo.

-¿Qué puertas has golpeado para darles una vida digna y te las han cerrado?

-Golpeé  todas las que pude, juzgados, desarrollo social, cooperativas, merendero “Todo por los niños” del barrio 9 de julio, violencia de género para el servicio del Acompañar, un abogado de un partido político, la firma Papa´s Ku donde trabajaba mi hija en negro en sus dos locales y todos me cerraron las puertas, no tuve una respuesta afirmativa ni esperanzadora de ninguno.

-¿Qué desearías para tus nietos en lo inmediato?

¿Qué deseo para las nenas? que estudien, que sean dos mujeres de bien el día de mañana, que puedan volver a creer en la justicia, que luchen y sean tan guerreras como su mami, mi hija.

-¿Cuál es tu mayor deseo para el futuro de tus nietos?

Pido justicia, justicia para las nenas, que me abran las puertas que le corresponden por ley y una vida digna como la que tenían cuando vivía su mamá, mi hija.

-¿Qué le dirías hoy a Pauli?

¿Qué le diría a Pau? Que voy a seguir luchando por las nenas, que voy a seguir golpeando cada puerta que sea necesario para que tengan lo que ellas deben tener, lo que les corresponde, que no voy a dejar que su partida haya sido en vano, que la amo, la necesito, que cada vez que me cierren una puerta voy a golpear 10, que cuando nos reencontremos la voy a abrazar y decirle «lo logramos», ahora tus dos tesoros son dos mujeres de bien, fuertes, guerreras, y lo que no nos destruyó nos hizo más fuertes.

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