Violeta Alegre, activista travesti y capacitadora en derechos humanos, es DJ Invertida: una artista que lleva las luchas disidentes a las pistas de la música electrónica.
Violeta Alegre es artista, activista travesti y capacitadora en Derechos Humanos. Violeta también es Dj Invertida y cuando comanda la musicalización de fiestas y encuentros su pulsión activista y su talento artístico amplían dimensiones. “Mi vida es política entonces no me puedo correr de ahí. El concepto de lo político está en todas nuestras acciones, sea consciente o no. Está en el ocio, en la diversión, en todo”.
“Soy trava” y ese existir y resistir de Violeta se unen al celebrar y visibilizar. Explica que estar ocupando el espacio de Dj, estar en las cabinas y tarimas dándolo todo, también es un gesto político que le dice a las demás personas: esos lugares pueden ser ocupados por identidades travestis. “Vengo del activismo, así que todo estuvo siempre pensado desde esa lógica”. Además de estar creando su lenguaje, sus sets y descubriéndose en este universo, espera que esto haga que “que otras se animen, que otras produzcan, hago pensando siempre en eso, en utilizar el arte como parte de transformación de esta realidad”.

La música electrónica, un pasaje al no género
Desde el mundo académico hasta en marchas, calle y asambleas su voz se hace espacio para interpelarnos como sociedad. Ahora pinchando continúa una nueva pulsión del hacer: “Para mí el lenguaje está limitado, hay ciertas cosas que siento no puedo transmitir. Entonces ahí es que digo ‘vamos por lo artístico’, en este caso la música”.
El encuentro entre diversidades sexuales y música electrónica “es parte del ADN de nuestro colectivo”, dice. En los clubes y antros que servían de refugio, punto de encuentro y orgullosa celebración de nuestras existencias, sonaba la música disco. «El House y el Techno son las corrientes madre de todo lo que vino después”. Para Dj Invertida la música electrónica “nos encuentra con un infinito, es un pasaje a ese no género, esa mutación constante que puede ir hacia cualquier lado”. Por que a pesar que tenga sus estructuras “en el fondo no las tiene. Y eso conecta mucho con lo identitario”.
El romance de Violeta y la música electrónica comienza en su adolescencia. En una casa que sonaba muy distinto, en una década donde reinaba el pop, una pequeña Violeta -antes de todo, de transiciones, de encontrarse- se refugiaba en música y lectura. “No era una travita todavía pero sabía que algo me estaba pasando por el cuerpo, por la cabeza, por todos lados”, cuenta. Así que mientras en la familia sonaba jazz y rock nacional, mientras en el planeta las Spice Girls y los Backstreet Boys reinaban, una mini Violeta de 16 años se encerraba a leer Nietzsche mientras sonaba Portishead. A esto se sumó recorrer los clubes más alternativos, entender que existía un under, otras maneras de expresarse.

Sonidos rizomáticos y otras conexiones
Un rizoma es una estructura vegetal subterránea que conecta distintas existencias. Gilles Deleuze y Félix Guattari tomaron el concepto para formular una metáfora filosófica y política que describe una forma de organización del pensamiento, la sociedad o la cultura no jerárquica, no lineal y en constante conexión. Violeta tomó el nombre para crear una fiesta electrónica disidente.
-¿Qué te lleva a crear Rizoma?
-La comunidad. Justamente esa interconexión que proponen Deleuze y Guattari como la raíz y saber que todo lo que hace una persona en ese espacio, en ese momento, afecta a un otro. Es pensarlo desde ese lugar y que tenemos una gran responsabilidad.
Este espacio creado por Violeta hace más de cuatro años es su lugar donde poder tocar pero también donde poder invitar, compartir, proponer y abrir. Desde su rol de productora sabe que el desafío está en los recursos. Entre los espacios que priorizan en la cantidad de tickets vendidos, armar propuestas atractivas y variadas, pero sobre todo “no voy a precarizar artistas”. Para Invertida, Argentina está llena de talentos musicales. Lo siento cuando fuera del país escucha tantos reconocimientos a nuestra cultura electrónica. “A veces viene gente de afuera y nadie duda en pagar mucha plata, pero con los talentos locales está ese pensamiento de que va a volver a tocar y podes ir, no se termina de valorar”, explica Invertida en este contexto de arte y supervivencia.

Travalengua Records es el sello que fundó Invertida. Al igual que a la hora de crear una fiesta, esta propuesta nace para abrir camino a las diversidades que se encuentran con las dificultades de un sistema que se maneja por contactos, amiguismos y la ganancia como determinante. El inicio fue en 2023 con Rizoma, un EP de Dj Invertida “poniendo prioridad en el encuentro con sensaciones diversas, desde bailar en la pista del club como gozarlo mientras te relajas en tu lugar”.
Con el tiempo cuando Violeta lo vuelve a escuchar y piensa cosas como “¡Ay no!¿por qué puse esto así” y aparecen los “uf, ¿por qué no puse esto otro?”, pero eso no quita la mirada amorosa al haberlo hecho. Y en especial, comprender que es un proceso: “No me voy a boicotear. Así como no boicoteo mi infancia. Está todo relacionado, yo quiero abrazar todo esto. Inclusive este error que hay acá. Este sonido que quizás no es el que hoy me identifica pero fue parte: Abrazalo, no te enojes”.
En todas las Violeta, en todas las Invertida, en todas esas que fue, es y está siendo, hay procesos identitarios. Su voz, su pluma, su música, todo es un constante andar que aprende a hilvanar. “Buscar la perfección también es parte de la trampa capitalista. No quiero caer en esa”, dice.
:::Lucas Gutiérrez para Agencia Presentes:::