jueves, noviembre 13

El costo oculto de estudiar siendo una persona neurodivergente: estrés académico, discriminación y soledad

El suicidio de Matías Rolfi, estudiante de Nutrición en la UBA, reaviva el debate sobre la salud mental en el ámbito educativo y la necesidad urgente de acompañamiento institucional frente al estrés, el acoso y la falta de contención emocional.

El viernes 31 de octubre, la comunidad universitaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) recibió una noticia que volvió a poner en primer plano un problema estructural: la salud mental de los estudiantes. Matías Rolfi, de 27 años, cursaba la carrera de Nutrición y falleció tras caer al vacío desde el segundo piso de una escalera en la Facultad de Medicina.

Según relató su hermana Rocío, también estudiante de Nutrición, Matías era una persona dentro del espectro autista y atravesaba momentos emocionalmente difíciles. Ese mismo día había participado de la revisión de un examen de Fisiología que había desaprobado en varias oportunidades. “Todo el sistema falló”, dijo su hermana, quien denunció además que el joven había sufrido maltrato y burlas por parte de algunos compañeros y ayudantes de cátedra, lo que lo había llevado a pausar sus estudios durante un tiempo.

Matías fue encontrado alrededor de las 18.30 en el pulmón de la escalera del edificio. El SAME lo trasladó al Hospital Fernández, donde falleció poco después a causa de las graves heridas. Su familia sostiene la hipótesis de un suicidio.

La Facultad de Ciencias Médicas de la UBA emitió un comunicado en el que expresó su “profundo pesar” y decretó duelo institucional, pidiendo “tratar el tema con respeto y sensibilidad”. En tanto, el Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas (CECiM) reclamó medidas urgentes para fortalecer los dispositivos de salud mental en el ámbito universitario. “Lamentamos profundamente la muerte de nuestro compañero y acompañamos a su familia en este difícil momento. Es urgente hablar de salud mental en la universidad”, señalaron.


Un problema que crece en silencio

Aunque no existen estadísticas públicas actualizadas específicas sobre población universitaria, distintos organismos internacionales advierten que el suicidio es una de las principales causas de muerte en adolescentes y jóvenes.
De acuerdo con UNICEF Argentina, el suicidio “constituye la segunda causa de muerte entre adolescentes de 10 a 19 años” en el país.

El Ministerio de Salud de la Nación, por su parte, reconoce al suicidio como “una problemática de gran magnitud” y sostiene que la prevención es una prioridad dentro de las políticas públicas de salud mental.

Especialistas en salud mental advierten que los factores de riesgo más frecuentes incluyen el estrés académico, la falta de redes de contención, el acoso y la discriminación, además de la ausencia de acompañamiento adecuado para personas con condiciones del espectro autista o trastornos psicológicos.

La muerte de Matías Rolfi expone una deuda profunda del sistema educativo argentino: la falta de espacios seguros, empáticos y de escucha real para los estudiantes.

“Todo el mundo habla de salud mental, de inclusión y de derechos”, dijo su hermana Rocío. “Pero como sociedad seguimos siendo un ‘casi’ en todo eso.”

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