martes, octubre 15

Entre las emergencias médicas de los niños y la explotación laboral de los miembros del SAME

«No tenemos pediatra. ¿Usted no tiene forma de trasladarla?», la pregunta venía de una llamada entrante que realizaba el SAME Varela a una madre que antes había llamado al 911 ante el estado de inconsciencia, respiración débil, ojos desorbitados, boca torcida y rigidez muscular de su hija de 14 años durante más de cinco minutos…

El Observatorio de la Infancia y la Adolescencia de la Sociedad Argentina de Pediatría junto con el estudio del Observatorio de la Deuda Social de la UCA abarca el período 2010-2023, alerta sobre la realidad de la pobreza infantil en el tercer trimestre de 2023 que se estima en 55% (con jurisdicciones que superan el 80%) y la indigencia en 15,7% con cifras estimadas en aumento para 2024. Más de la mitad (51,4%) de los niños de 0 a 14 años son pobres. La carencia de red de cloacas afecta a casi el 38% de los hogares con niños en el país, el 15% no dispone de agua corriente y más de la mitad reside en viviendas sin acceso a la red de gas.

En Florencio Varela, si a la inseguridad en los vecindarios,  carencia de servicios públicos como desagües, veredas y pavimentos, la presencia de drogas, la falta de acceso a la red de gas, la contaminación ambiental, la ausencia de sistemas cloacales, las situaciones de precariedad habitacional, el hacinamiento, la tenencia irregular de vivienda, le sumamos la carencia de especialistas en el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades y lesiones en la infancia en el área de emergencias médicas, es un alerta social.

SAME, una idea buena

La semana pasada de cumplieron 8 años de la creación del Servicio de Atención Médica de Emergencias de la Provincia de Buenos Aires «SAME PROVINCIA», con el «Objeto central el desarrollo de un servicio integral de emergencias y cobertura de situaciones con víctimas múltiples por parte de la Provincia de Buenos Aires, articulado con las estrategias municipales, con los estándares de servicio y calidad del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires». Así se da lugar a la Red Metropolitana de Emergencias Médicas entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios, entre los que se encuentra Florencio Varela.

Según el sitio oficial del Municipio de Florencio Varela, el SAME (que depende del gobierno provincial) cuenta con sedes en La Capilla – Ingeniero Allan – UPA – KM 26,700 – Bosques Norte – UNAJ.

En la última inauguración de sede en Florencio Varela  ( La Capilla) la obstétrica -Silvina Fiaconi- afirmó: “Personas sin vehículo propio dependían del colectivo o un remis frente a algún contratiempo” y estimo “llegar a más población de la región”. Y, aprovechando que en ese evento se hizo presente el intendente, sumó “el respaldo de nuestro Mandatario en el correcto desempeño de la tarea”…

La realidad de los trabajadores del SAME varelense

En julio del corriente año, los miembros del Sistema de Atención Médica de Emergencias denunciaban que percibían salarios que iba de los 375 mil y los 600 mil pesos, muy por debajo de la canasta familiar que calculo la junta interna de ATE Indec en 1.309.303 pesos para ese período. Pasado un mes, la remuneración no ha dejado de perder frente a la inflación. La baja paga hace que se de una escasez en el plantel de médicos, técnicos, enfermeros y choferes, y los trabajadores cubran numerosas guardias semanales.

La crítica situación del SAME es una expresión más de la crisis del sistema sanitario en Florencio Varela que se da  desde hace décadas. Las denuncias de los trabajadores del SAME, se suman a las de los trabajadores de Centros de atención primaria de salud (CAPS) y a los reclamos de los trabajadores de salud de la provincia de Buenos Aires.

Parece que Varela no deja de ser un pueblo de discursos bonitos, donde los vecinos se gastaron las palmas de las manos durante la pandemia, agradeciendo al personal de salud por arriesgar sus vidas en pos de la de sus paisanos, pero ahora que no hay un virus mortal que amenace constantemente; donde en cada inauguración de centro de salud los enaltece el funcionario de turno que tiene que cortar el listón, pero después rara vez acepta charlar con ellos sobre su realidad laboral

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