miércoles, noviembre 12

La jaula como proyecto político para jóvenes

Desfinanciadas y desmanteladas las políticas públicas, vaciados los dispositivos territoriales del Estado, encerrar niñeces vuelve a barajarse como opción para luchar contra la inseguridad. El actual gobierno insiste en apretar a los sectores más vulnerables. Para ello, pretende modificar el código penal y bajar la edad de punibilidad a los 14 años (luego de haber fracasado en el intento de llevarla a 13). Con la excusa de defender sus derechos y garantías, busca enjaular infancias y adolescencias en cárceles de menores, sin programa educativo ni de reinserción. Ana Laura López, licenciada en sociología, Magister en Investigación en Ciencias Sociales e integrante del Espacio de Familiares y Amigxs de Luciano Arruga, refuta las razones esgrimidas para realizar esta maniobra perjudicial para la sociedad en su conjunto.

A lo largo de los años, existieron distintas propuestas orientadas a la baja de punibilidad. Las que se presentan como más progresistas, argumentan que el sistema penal operaría como garante de derechos. Para la vida de lxs adolescentes, esto implica una irrupción del Estado con fines persecutorios. Porque las trayectorias de muchas personas, signadas por el desamparo, en lugar de cuidado encuentran por parte del sistema, persecución y castigo.

Por otro lado, las posturas más punitivas, entre las que se encuentra la de la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, plantean que las adolescencias son peligrosas y deben ser reguladas y controladas por un sistema de encierro.

Estas son las excusas, por uno y otro lado, para darle una supuesta solución a la problemática de seguridad.

El nudo de la discusión que nadie sincera

Ante estas premisas que las estadísticas oficiales desmienten, Ana Laura López sostiene que toda propuesta de baja en la edad de punibilidad, es una medida regresiva: “criminaliza a adolescentes pobres y racializados, para luego perseguirlos. El sistema penal como pieza clave en la gestión de la desigualdad social y de la pobreza: este es el nudo de la discusión que nadie sincera.”

Y sostiene que para fundamentar la baja se valen de tres mitos falsos:

-que los jóvenes cometen cada vez más delitos;

-que cometen muchos;

-y que son gravísimos.

“Lo cierto es que, conforme a estadísticas oficiales, sobre la base del 70% de la población juvenil, desde hace 15 años viene bajando la delincuencia.” De acuerdo a datos cotejados por la información emitida del Ministerio Público de la Provincia de Buenos Aires, contra los 26026 casos que se imputaron en 2017, en 2024 fueron 22687. Esto demuestra una disminución en la tasa de delitos cometidos por adolescentes. “En la provincia de Buenos Aires, el 2% de los delitos los cometen adolescentes. Y del total de delitos graves, los pibis cometen menos del 1%. Es decir, bajó el 60% en los últimos años.”

“Lo que antes eran los institutos de menores, ahora se nombran como Centro socioeducativo para la responsabilización penal juvenil. Aunque para mí deberíamos llamarlos por lo que son: cárceles de menores. Incluso presentan una arquitectura de hostilidad destinada al control de los cuerpos: inodoros antivandálicos, camastros de cemento. Con técnicas penitenciarias ligadas a la humillación, requisas que vulneran sus derechos, prohibición de usar sus objetos. Sin herramientas pedagógicas ni personal especializado con enfoque en niñez.”

“En el último año y medio la tasa de encarcelamiento de pibes viene en aumento. El 94% son varones. Los jueces empiezan a ordenar más encierros en estos Centros socioeducativos para la responsabilización penal juvenil, que son puro discurso, ya que no tienen ninguna programática de actividad, y los pibes se la pasan el día entero sin hacer nada. Lo cual indica a las claras que es un encierro punitivo. Y entonces el Estado que estuvo ausente para otorgarle garantías, ahora se hace presente como una amenaza. Una amenaza, sobre todo contra la población marrón y empobrecida. Basta entrar ahí para verlo.”

Recomendaciones a los y las adolescentes:

No confrontes con las fuerzas de seguridad.

Mantenete tranquilx. No escales la situación.

No te dejes llevar por sus provocaciones. La policía va a utilizar cualquier excusa para justificar su violencia.

Tratá de quedarte junto a otros.

Gritá tu nombre y apellido para que alguien guarde registro de que estás siendo detenido.

Tenés derecho a exigir que se informe a un adulto sobre tu detención. No necesariamente tiene que ser familiar.

Informá enseguida que estás siendo detenido.

Legalmente no te pueden detener; si lo hacen, tenés el derecho a saber por qué.

Sólo pueden detenerte si te encuentran cometiendo un delito, o con pruebas de detención que deben informarte en el momento.

:::ANRed y Huella del Sur:::

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