Más de 400 estudiantes se convirtieron en concejales por un día, debatieron sobre violencia, derechos y políticas públicas, y demostraron que la democracia se construye escuchando la voz de los más jóvenes.
El jueves pasado, la Plaza de la Democracia de Florencio Varela se llenó de voces jóvenes. No eran manifestantes ni espectadores, sino estudiantes secundarios convertidos en legisladores por un día. La escena, enmarcada por el Honorable Concejo Deliberante (HCD), parecía un ensayo de democracia viva: discursos claros, miradas firmes y propuestas con impacto real.
Era el cierre de la edición 2025 del programa “Concejales por un Día”, una iniciativa que invita a las escuelas del distrito a experimentar cómo se elabora una norma, cómo se construye consenso y cómo se puede disentir sin perder el respeto. 24 colegios participaron este año, con más de 400 alumnos colmando tribunas y pasillos, frente a autoridades que escuchaban atentos, desde concejales hasta el intendente.
Durante la sesión simbólica, cada escuela designó a su portavoz. Los discursos no fueron retóricos: abordaron violencia de género, bullying, violencia institucional, social y digital, así como necesidades de seguridad barrial, acceso a servicios, educación y espacio público. Cada intervención reflejaba madurez, sensibilidad y un sentido común que interpela a cualquier adulto.
“Este programa es una verdadera escuela de participación ciudadana”, dijo el presidente del HCD, Gustavo Rearte. Palabras que convierten la jornada en algo más que un simulacro: es una puerta abierta a la incidencia real de la juventud en la política local.
Más que un juego: la esencia del programa
Aprobado en agosto de 2022, “Concejales por un Día” se ha consolidado como un compromiso sostenido del HCD con la formación cívica de los jóvenes. No es un taller de teoría: es una experiencia práctica de democracia, que combina sesiones simbólicas, trabajo en comisiones, elaboración de proyectos y debates con autoridades reales.
El programa se documenta y difunde ampliamente: YouTube, Facebook e Instagram del HCD muestran cada sesión y cada cierre. La visibilidad no solo legitima la iniciativa, sino que permite que las propuestas de los estudiantes lleguen a la agenda institucional, aunque todavía no exista un registro público que indique cuántas se transforman en políticas concretas.
La voz de los jóvenes
“Nos dimos cuenta de que nuestras ideas pueden escucharse y debatirse”, dijo una estudiante representante de la E.E.P.A., mientras otro alumno de un colegio privado señaló: “Pudimos hablar de lo que nos preocupa todos los días en nuestras calles y escuelas”.
La experiencia enseña que la democracia se aprende participando, y que los jóvenes no solo pueden identificar problemas, sino también proponer soluciones con sentido crítico. En un contexto donde la desconfianza hacia las instituciones parece generalizada, estas jornadas son un recordatorio de que la política también puede renovarse desde la base.
Un impacto que trasciende la jornada
El programa tiene efectos claros:
- Fomenta capacidades de investigación, oratoria y negociación.
- Genera conciencia cívica y participación.
- Crea un espacio para que las problemáticas juveniles lleguen a la mirada institucional.
Si bien todavía falta evaluar cuántas propuestas se concretan, el valor educativo, social y político del programa es indiscutible: cada discurso de los estudiantes refuerza que la democracia no es un concepto abstracto, sino un acto cotidiano, que se renueva cuando un pibe o piba toma la palabra.
