martes, octubre 14

Vecinos comparten sus recuerdos más entrañables de Florencio Varela

A través de un relevamiento realizado por www.elvespertino.ar, los habitantes de la ciudad recordaron escenas de su infancia y juventud, desde paseos familiares y corsos hasta heladerías y bailes que marcaron épocas.

Florencio Varela no solo se vive en el presente: también se recuerda con nostalgia. En una consulta realizada por www.elvespertino.ar bajo la pregunta “Todos tenemos un recuerdo especial de Florencio Varela… ¿Cuál es el tuyo?”, los vecinos compartieron historias que reflejan la identidad y la vida cotidiana de la ciudad a lo largo de las décadas.

Nora Noemí Paccagnella evocó con cariño la figura de “la propaladora”, que transmitía música y anuncios en las esquinas de Monteagudo durante las tardes, así como la lechería y heladería Pastor, la casa de loterías 111 y la tienda Los Ángeles, lugares que marcaron su infancia entre finales de los ’50 y comienzos de los ’60. También recordó con emoción los días previos a Navidad y Reyes, cuando podía admirar los juguetes en el bazar y juguetería Tomaguello, una imagen que todavía conserva a sus 73 años.

Estela Iglesias rememoró la arbolada de la avenida Sarmiento y los encuentros con los chicos de la cuadra, donde las calles se cerraban en las fiestas y se bailaba al aire libre. Por su parte, Manuel Goncalves Valente mencionó los corsos con carrozas decoradas, la Fiesta de la Flor, las pizas en Charlon y los torneos nocturnos de fútbol en Santa y Nahuel, mientras que Rubén Munafo destacó la camaradería vecinal, los asados en la vereda y los juegos durante los carnavales.

Otros recuerdos incluyen los torneos de papi fútbol frente al club Nahuel (Ricardo Volpini), los fines de semana de primavera en la calesita y heladería (María Sandra Reyman), y los almuerzos dominicales en la Casona del Club Varela Juniors con napolitanas elaboradas por Theo, el cocinero (Charly De Melo).

Algunos momentos históricos también quedaron grabados en la memoria de los vecinos: Juan Martínez rememoró la visita del presidente Illia y su esposa, que saludaron a los alumnos y regalaron caramelos, mientras que Angelina Mene recordó las noches en la plaza jugando con sus primas en la hamaca giratoria de los años ’60.

Entre todos estos relatos surge un mosaico de vivencias que van desde la diversión en las calles, los encuentros familiares y las tradiciones barriales, hasta los pequeños comercios y eventos que construyeron la identidad cultural de Florencio Varela. Como concluye Nora Paccagnella, “hoy, a mis 73 años, esa imagen de mi infancia es imborrable”, reflejando cómo la memoria colectiva mantiene viva la esencia de la ciudad.

:::FOTO DE PORTADA: Anibal Girón:::

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