La participación de las mujeres influye en la política. Ellas aportan a la política puntos de vista, aptitudes y perspectivas diferentes que ayudan a conformar el programa político. Aunque no son un grupo homogéneo, tienden a apoyarse entre sí y contribuyen a incorporar los intereses y las preocupaciones de la diversidad de géneros a los programas parlamentarios. Una de ella, en Florencio Varela es Gabriela Lasso, exconcejala quien fuera la única funcionaria presente en la primera manifestación del Ni Una Menos en la localidad allá por el 2015. En esta oportunidad “Gaby” comparte su construcción del rol de la mujer en la política local.
En septiembre de 1997, la Unión Interparlamentaria aprobó la Declaración Universal sobre la Democracia, en la que se articuló el principio de que la democracia presupone una auténtica asociación entre hombres y mujeres que reconoce las diferencias y se enriquece con ellas, y en la que los hombres y las mujeres trabajan como iguales y se complementaban mutuamente.
– Si tuvieras que presentarte ante los vecinos, ¿quién dirías que sos?
-Ante todo, vecina de muchos años, madre y abuela que crió a sus hijos en este distrito. De las que, como todas, corrí a la salita, al hospital o a la escuela por cualquiera de ellos. Luego puedo decir que soy una militante de las causas que el distrito me pide día a día, la que quiere más seguridad para estar tranquila, una salud decente, oportunidades para que mis nietos no tengan que irse de Varela, …
-Las experiencias de varones y mujeres en política no son iguales. ¿Qué situaciones de desigualdad de género en tu trayectoria política has vivido?
-Aún se viven momentos de desigualdad, incluso las disfrazadas de generosidad, o sea te dicen, podés ocupar mejor este lugar u este otro, siempre más dirigido a lo social y organizativo… quizá no tan político. Noto que hay intención de que mujeres más “obedientes” ocupen lugares importantes. Cuando una va logrando objetivos, lo que más desigualdad genera es dudar de una misma y la capacidad de tomar decisiones sin consultar, hay que ser determinadas.
– En los episodios de desigualdad de género vividos, ¿cuánto consideras que te afecto en tu participación política profesional?
-Todo lo que no te derrota, te fortalece, te enseña. Yo sigo tratando de que se valore a la mujer sin que tenga que contar con el respaldo de un hombre de poder a sus espaldas, eso aún afecta al género en la política. Las roscas políticas es un juego donde uno también puede entrar y ganar. No hay que dejarse vencer aunque muchos logros de las mujeres se silencien.
– ¿Se te han impuesto tareas ajenas a las atribuciones de tu cargo?
-Siempre hice como una compañera más y me gusta, pero aún noto que hay como un rol predeterminado para la mujer y muchas veces lo tuve que ejercer. Tener un lugar de relevancia da la responsabilidad de representar a todas en todas las tareas.
– ¿Alguna vez se te impidió asistir a reuniones donde se tomaban decisiones?
-No es ”impedir” la palabra, más bien era no estar invitada. Al principio por inexperta, después porque ya tenés demasiada experiencia. Algunos prefieren que llegues cuando todo está dispuesto y de otras, agradeces no haberte enterado. Lo bueno es que hoy soy una dirigente que ha dado muestra de que puede armar equipos y ser quien invita.
– ¿Sufriste restricciones en el uso de la palabra en reuniones, sesiones u otros eventos políticos?
-No realmente, muchas veces una termina guardando las ideas porque van a contramano de los hombres. En este camino te encuentras con personajes que solo buscan que seas condescendiente (machistas) de esos hay todavía. Pero en la política pierde quien se enoja.