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Encontrarse en la búsqueda: Norma Nahuelcura, mamá de Tehuel

Este lunes 11 de marzo se cumplen 3 años de la desaparición de Tehuel de la Torre y compartimos una crónica junto a Norma, madre de Tehuel, en el 36° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Trans y Disidencias. «Este Encuentro fue distinto, porque siento que me encontré con mi gente, siento que me encontré con mi familia», había comentado Norma en aquel entonces. Tehuel, su familia, en los caminos de la búsqueda de un hije que no deja de aparecer. Familiares y amigxs convocan a actividades exigiendo justicia por Tehuel. “El año pasado, junto a la familia de Tehuel y la querella, logramos que se adelante la fecha del juicio oral para agosto de 2024. Originalmente la habían fijado para el año 2027”, cuentan en la convocatoria. El sábado 16 a las 17 hs. habrá marcha en Alejandro Korn, desde Ruta 210 y Av. Pte. Perón. En CABA se convoca a las 16 hs en el domo de Plaza Constitución. El lunes 11 de marzo a las 17:30 hs. habrá una conferencia de prensa en la sede del Bachillerato Popular Mocha Celis (Jujuy 748, CABA), en donde participará, entre otras personas, Norma Nuahuelcura. 

Con Norma y Moni nos conocimos en Fürilofche (nombre originario de la ciudad de San Carlos de Bariloche), en el Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Trans y Disidencias ++, camino a un círculo de üll mapuche -canto mapuche- en la comunidad Ranquehue. Según nos contó esa vez Norma, su apellido es Nahuelcura, pero su abuelo le dijo que su apellido en verdad era Namuncura. Quién sabe por qué unes pares nos empecinamos en dar vuelta la historia que ella contaba, sosteníamos que siendo Namuncura un apellido tan generalizado, probablemente su apellido fuese Nahuelcura.

Qué alegría conocer desde ese momento la firmeza de esta mujer que continúa la búsqueda de su hije Tehuel que está desaparecide desde el 11 de marzo de 2021, la misma que tiene la fuerza de levantar de a poco su casa, mientras abre las puertas solidariamente a quienes lo necesiten. Esta mujer que sostuvo su recuerdo y nos corrijió una y otra vez hasta que por fin entendimos que no éramos quiénes para contradecir su memoria, y entendimos que el apellido de Norma es Namuncura.

Nuestro encuentro continuó en mi visita a San Vicente, donde Norma y Moni sostienen codo a codo la lucha de la búsqueda de Tehuel, enredándose con otres que también lo vivieron: las consecuencias de este sistema heteropatriarcal que nos arranca la vida de miles de jóvenes cada año. Ya en su casa, Norma me muestra una chapa de su techo: «Esta la trajo Tehuel, se la habían dado…». Así, su hije desaparecide aparece en su andar por la casa, en su caminar por la vida y en su hacer cada día lo imposible por sacar adelante a quienes viven con ella y que la rodean en la casa. Esa casa que levanta con amor y con la solidaridad de sus vecinas que, como Moni, hacen también lo que pueden para acompañar a Norma. 

Allá en Ranquehue nos sentamos cerquita y escuchamos los relatos de otras ñaña que, como Norma, relataban cómo les habían arrancado a sus hijes de las manos. Recuerdo el relato de esa mujer que contaba del gallo que anunciaba visita y que esa vez había llegado la nieta, la hija de esa niña que se habían llevado del territorio lxs maestrxs con engaños. Sentí que Norma se encontraba con los relatos que la acompañan en su caminar. La última noche del Encuentro, cuando nos despedimos, me dijo: «Este Encuentro fue distinto, porque siento que me encontré con mi gente, siento que me encontré con mi familia». 

No hablamos mucho de lo que le pasó a Tehuel en Fürilofche, pero su nombre aparecía cuando nos contaba que sus hijes llevan nombre mapuche o que tehuel quiere decir «arisco». Sentí que Norma estaba ahí para encontrarse como mapuche en su territorio y me alegró tener la posibilidad de ser parte de ese su caminar. Marchamos juntas, acompañando a pu lamien que habían pasado los últimos meses presas por recuperar el territorio de Winkul Lafken Mapu para levantar un rewe y con las hermanas del Malón de la Paz que nos trajeron la propuesta de reencontrarnos este año 2024 en Jujuy.

Tengo el recuerdo de Norma levantando el puño al afafan y al mariciueu mariciueu, su sonrisa enorme enmarcada en el pañuelo con la wenu foie (la bandera del pueblo nación mapuche) en su frente. Tengo el recuerdo de ese pañuelo colgado bien prolijo, estiradito en su pared de telgopor en la casa que levanta de a poco en su barrio de San Vicente. Norma mostrándome planta por planta, Norma viniéndome a buscar con su bici, entre los destrozos de la tormenta que azotó Buenos Aires en diciembre de 2023. Esa Norma que me cuenta sin pestanear de lo que vio en el allanamiento efectuado en una chanchería, en el marco de la investigación por la desaparición de su hije, Tehuel, y lo que allí vio. 

No puedo imaginar la pena que lleva adentro una mujer que no sabe dónde está su hije que desapareció hace tres años en un pueblo pequeño como San Vicente, rodeado de los vicios que trae la explotación inmobiliaria de los barrios privados, en una zona que fue mayormente agrícola. La industria que corrompe a las ciudades inyectando las costumbres del vicio y el dinero, borrando los códigos de la vida comunitaria. Norma me comparte con la confianza de saberse comprendida, que prefiere que les nenes anden adentro de la casa jugando a los jueguitos antes que con la mala junta. 

En esos días, tomó la decisión de inscribirse para terminar la escuela. En tiempos en que la escuela y la educación andan en un estado de decadencia más que preocupante, Norma va fijando horizontes posibles.

¿Qué futuro estamos dejando para quienes siguen nuestros pasos? Eso invita a preguntarse pasar el tiempo con Norma, que posa orgullosa en la plaza y en la pintada de Tehuel, porque no tiene vergüenza de ser la madre que lucha cada día por un futuro posible para la juventud. «Está difícil la cosa, así que estoy pensando en ponerme a sembrar», me dice en una de esas conversaciones que cada tanto tenemos. 

¿Qué mundo es este que estamos construyendo en el que un niñe desaparece del día a la noche y tenemos que estar esperando 3 años para enterarnos de lo que le pasó? Sin embargo, todavía hay quienes son che (gente), como Norma, que le abren la puerta a quien lo necesita, que como sea llenan la olla, que resisten cada día, sonrien y comparten un brindis y pueden levantar su puño con un afafan diciendo que igual, contra todo, vamos a vencer. mariciueu. mariciueu.

:::Jimena Villa, para ANRed:::

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