Politica

¿Por qué los presidentes de los HCD saltaron ante el putsch de una facción del Ejército boliviano?

Presidentes y presidentas de los Honorables Concejos Deliberantes de la Tercera Sección Electoral se vieron en la obligación de hacer público su repudio ante la imagen de los militares entrando por la fuerza al Palacio Quemado que recorrió el mundo y sembró, en primera instancia, confusión en Bolivia… Es que pese a su rápido fracaso, la rebelión militar tiene consecuencias políticas, como bien saben las cabezas los legislativos.

“Expresamos nuestro más firme y absoluto repudio a cualquier intento de interrupción del orden democrático en la hermana República de Bolivia”, aprontaron a expresar –no bien fueron públicos los hechos- en una declaración pública y conjunta los presidentes y presidentas de los HCD de Florencio Varela (Gustavo Rearte), Brandsen (Daniel Caraballo), Berazategui (Andrea Canestro), Berisso (Aldana Iovanovich), Quilmes (Fabio Báez), Ensenada (Blasetti Luis), y Cañuelas (Maximiliano Mazzanti).

“Putsch “ es el golpe de mano de un grupo político o militar con el fin de adueñarse del poder… y este año se cumplirán 101 años de aquel 8 de noviembre de 1923, donde Adolf Hitler perpetró el fallido golpe de Estado contra la República de Weimar cuando irrumpió en una cervecería de Múnich. “Putsch” que sería el detonante del nazismo en Alemania 10 años después.

En la tarde del miércoles 26 de junio el comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga -quien había sido destituido el martes en la noche, pero que se negaba a reconocer la decisión presidencial-, ocupó la emblemática plaza Murillo con tanquetas. Utilizó incluso una de ellas para abrir por la fuerza la puerta del Palacio Quemado, la antigua sede del gobierno hoy compartida con la aledaña Casa Grande del Pueblo. La confusión sobre las intenciones y las estrategias en juego reinó durante casi toda la asonada, mientras varios ministros colocaban muebles para evitar el ingreso de los uniformados.

“Han puesto en riesgo la estabilidad institucional y la paz social en Bolivia”, sentenciaron los presidentes peronistas de los legislativos de la Tercera y agregaron “La democracia y la voluntad popular son la única fuente de poder legítimo, y su defensa es fundamental para el progreso y bienestar de nuestros pueblos”.

La tensión había ido escalando luego de que el general Zúñiga se refiriera a la imposibilidad del expresidente Evo Morales de volver a presentarse a las elecciones presidenciales y respondiera a varias de sus acusaciones tildándolo de “mitómano”. Las declaraciones amenazantes de Zúñiga, nombrado comandante del Ejército a fines de 2022 por el presidente Luis Arce Catacora, enervaron al expresidente y al evismo, que comenzó a hablar de un “autogolpe” en ciernes.

“Nos preocupa profundamente la situación de inestabilidad y conflicto que ha surgido en Bolivia, donde grupos insurrectos han intentado subvertir el orden constitucional” se pronunciaban desde la provincia de Buenos Aires los 7 presidentes de Concejos y agregaban “Es esencial que todos los actores involucrados respeten los principios democráticos y los mecanismos institucionales establecidos para resolver diferencias y conflictos”.

Pero no fue sólo el expresidente. Las amenazas de Zúñiga violaban los reglamentos militares y la Constitución, lo que explica la decisión de Arce de destituirlo. Pero esto fue considerado por el jefe militar como una expresión de “desprecio” pese a su lealtad al presidente. 

En este punto los representantes del Poder Legislativo municipal reiteraban su solidaridad “con el pueblo boliviano y su gobierno constitucional, encabezado por el presidente Luis Arce” pues consideraban que “la estabilidad y el respeto al orden constitucional son esenciales para la convivencia pacífica y el desarrollo de nuestras naciones. La preservación de la democracia en Bolivia no solo es crucial para su propio pueblo, sino también para la estabilidad y el progreso de toda América Latina”.

Cuando la tarde del 26 de junio un par de regimientos de la policía militar y algunas tanquetas llegaron hasta plaza Murillo, consiguieron un primer efecto exitoso de todo golpe que es provocar un estado de shock en la sociedad. Fracasaron, no obstante, en el objetivo subsecuente: no lograron respaldo en corrientes de opinión de masas. 

“La historia nos ha enseñado que la democracia es el mejor camino para asegurar un futuro de paz, justicia y prosperidad” esgrimieron los peronistas de la tercera.

Si a nivel propagandístico el putsch de Zuñiga fue un fiasco, la derecha mediática hizo esfuerzos por convencer al pueblo de que todo se reducía a un show político del gobierno, con el fin de “legitimarse”. Políticamente, el discurso de “autogolpe” y “simulacro de golpe” es muy útil para la derecha.

“Solo a través de la democracia se pueden lograr los anhelos de libertad y justicia de nuestros pueblos”, concluyen las presidentas y los presidentes de los Honorables Concejos Deliberantes de la Tercera Sección Electoral.

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