miércoles, octubre 22

“Vivimos como podemos”: denuncian abandono y oscuridad total en Ingeniero Allan

Vecinos de Ingeniero Allan denuncian un abandono histórico que se refleja en calles intransitables, falta de agua, cloacas y luminarias. En varias zonas, la oscuridad favorece la inseguridad y los robos a quienes salen o regresan de sus trabajos.

Mercedes Cajal vive hace 36 años en Ingeniero Allan, en el sur del partido de Florencio Varela. Con la voz entre la bronca y la resignación, describe una realidad que, según asegura, se repite desde hace décadas: calles intransitables, falta de agua corriente, cloacas, luminarias y mantenimiento.

“La realidad es que este barrio está atrasadísimo hace setenta, ochenta años. No tenemos calles, no tenemos luces, no tenemos agua corriente, no tenemos cloacas. Lo único que podemos rescatar es que tenemos gas natural. Después, no tenemos nada”, relató la vecina a El Vespertino.

La ausencia de alumbrado público no solo dificulta la vida cotidiana: también deja a los vecinos a merced de los delincuentes. “Los ladrones aprovechan la oscuridad para robar a la gente que va o vuelve del trabajo cuando ya no hay sol”, advierte Cajal, quien hace hincapié en que la esquina de las calles 1215 y 1296 permanece completamente a oscuras, lo que la convierte en uno de los puntos más inseguros de la zona.

Vecinos que arreglan con lo que pueden

Ante la falta de respuesta estatal, los propios habitantes del barrio se organizan para hacer lo que pueden. “Si el vecino no arregla la calle, no pasa nada. Entre todos compramos escombros y los tiramos para poder pasar. Pero nunca nos mandaron una máquina para desparramarlos”, contó.

Mercedes recordó, además, un hecho que encendió la indignación del vecindario: “Cuando compramos los volquetes de piedra, vino una señora de la delegación que se quería sacar fotos con los escombros que nosotros habíamos pagado. La sacamos cagando. Estamos cansados de que hagan política con lo que hacemos nosotros.”

Sin agua y sin respuestas

El acceso al agua es otro drama. Las napas están secas y muchas familias dependen de una sola bomba o un pozo compartido. “Hay una familia que tiene agua y comparte con cinco o seis más. Pero ese pozo se va a secar, y será otra casa más sin agua”, explicó.

Según Cajal, ya presentaron notas en la municipalidad, pero las respuestas son siempre las mismas: que Aysa todavía no llegó a la zona. “Nos dicen que están en Bosques y que tenemos que esperar. Mientras tanto, vivimos como Dios nos ayuda, como podemos.”

“Un abandono total”

Los postes de luz caídos, los cables colgando y la falta de mantenimiento son parte del paisaje. “A la luminaria le pasó por arriba un camión y no hicimos tiempo a salvarla. Los cables quedaron pelados. Es un abandono, una desidia total”, resumió.

Antes de cerrar la charla, Mercedes dejó una reflexión que, según ella, trasciende a su propio barrio:

“Esto que te cuento pasa en todos los barrios de Florencio Varela. El único lugar que está bien es el centro. Lo demás es un desastre. Estaría bueno que los funcionarios salgan a caminar, que escuchen lo que la gente tiene para decir.”

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