Joaquin Sebastian Lencina está condenado por el delito de abuso sexual con acceso carnal. Entre el 2015 y el 2020, en Florencio Varela, sometió a su prima quien, por entonces tenía 13 años. Cuando ella cumplió la mayoría de edad, tomó fuerzas y decidió denunciarlo. Hoy, «Joaqui»/ «Negro»/ «Negri» Lencina tiene una orden de detención pero está prófugo. Será porque él conoce el sistema penitenciario pues, al menos de forma oficial, fue nombrado por la Dirección de Personal y Recursos Humanos del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) como Guardia dentro del Escalafón General en noviembre del 2021…

Joaquín Sebastián Lencina hoy tiene 30 años y está condenado por el delito de abuso sexual con acceso carnal. Entre el 2015 y el 2020 sometió a su prima quien, por entonces tenía 13 años. Cuando ella cumplió la mayoría de edad, tomó fuerzas y decidió enfrentarse a lo que una denuncia implica: revictimización, negacionismo de algunos familiares, dilatación de tiempos judiciales, … Y, es que las violaciones son muy comunes y en muchos casos, naturalizadas. Por eso, se popularizó la frase que dice que un violador no es un enfermo, sino un “hijo sano del patriarcado”. Porque el sistema patriarcal, hace que las mujeres sean vistas como objetos de consumo y disfrute del mundo masculino, por lo tanto el hombre puede violarla, al considerarla de su propiedad.
Hoy, «Joaqui»/ «Negro»/ «Negri» Lencina tiene una orden de detención pero está prófugo. Será porque él conoce el sistema penitenciario pues, al menos de forma oficial, fue nombrado por la Dirección de Personal y Recursos Humanos del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) como Guardia dentro del Escalafón General en noviembre del 2021. Su condición de «prófugo» no es casual. Y con la búsqueda solidaria, en conjunto, de este violador no se apunta al conformismo de la neutralización de las personas por vía de su encierro. Encontrar a Lencian es una práctica social con una exigencia detrás de políticas públicas que pongan en funcionamiento otros mecanismos de intervención sobre la realidad, orientados a modificar las condiciones sociales que posibilitan la proliferación de las violencias machistas y su impunidad.
«Te pido que sigas publicando la imagen de este ser para que puedan hacer efectiva la condena y no lastime a nadie más», nos pide a cada uno de los varelenses la joven mujer que se animó a romper el cerco del silencio y la impunidad. Ahora, está en cada uno de nosotros abrir bien los ojos, estar atentos y dispuestos a no proteger ni ocultar a un violador condenado por la Justicia, ni a ningún ser que estente violencia machista, sin importar el parentesco, el rol que ocupe en la orga o institución, o el «cariño» que le tengamos.
Marca 911 y aportá los datos de Joaquín Sebastián Lencina que tengas.