“Yo le mandé mensajes a Watson por las calles de Juan Ingeniero Allan. Vivimos de la plaza de La Carolina a 20 cuadras para el fondo. Es una zona rural pero hay chicos que no pueden concurrir a la escuela cuando llueve porque se nos inunda”. Así comienza el mensaje de Mariel Rojas, vecina de Florencio Varela, que resume con claridad el abandono que sufren las familias que viven en los sectores más alejados de Ingeniero Allan, una de las localidades del sur del distrito.
“No se puede pasar porque las calles están rotas, con pozos enormes. Esta parte no le importa a nadie lo que pasamos los vecinos. Ni salir a comprar se puede si llueve. No podés salir por días hasta que seque”, continúa Mariel, quien vive junto a su familia y una beba de apenas tres meses. La salita de salud más cercana está a 15 cuadras, pero la semana pasada no pudo llevar a su hija a la pediatra porque, literalmente, no había forma de salir del barrio.

“Las calles son asquerosas y acá vivimos muchas familias. Mi vecino es un señor de casi 80 años con problemas en la columna y vive solo; no puede pisar bien, si llueve corre riesgo al intentar salir”, detalla.
El reclamo no es nuevo: los vecinos de La Carolina y el fondo de Ingeniero Allan vienen pidiendo desde hace años mejoras en las calles rurales, que se vuelven intransitables con cada lluvia. “No solo el mal estado de las calles y las inundaciones, también tiran basura los carreros, haciendo que sea un asco el lugar”, agrega Mariel, quien asegura que los mensajes enviados al intendente Andrés Watson nunca obtuvieron respuesta.
El testimonio de esta vecina expone una realidad que se repite en muchos rincones del partido de Florencio Varela: zonas rurales sin mantenimiento, vecinos aislados por el barro y una sensación constante de abandono.
