Una consigna abierta dejó al descubierto una verdad incómoda: la historia de Florencio Varela no se construye solo desde los discursos oficiales. En la memoria vecinal conviven la creación del Hospital El Cruce y la Universidad Nacional Arturo Jauretche, los títulos internacionales de Defensa y Justicia, con tragedias como la explosión del kilómetro 26, el caso Norma Mirta Penjerek, los asesinatos de Paloma y Josué, el triple narcofemicidio de Villa Vatteone, inundaciones reiteradas y recuerdos de violencia estatal de los años setenta. Avances que ampliaron derechos y hechos que siguen esperando respuestas.
Entre los testimonios recibidos, dos instituciones públicas concentraron la mayor cantidad de menciones y valoraciones positivas: el Hospital de Alta Complejidad El Cruce – Néstor Kirchner y la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ). Ambas aparecen señaladas como un “antes y un después” en la vida cotidiana del distrito.
“La creación y puesta en funcionamiento de la Universidad Nacional Arturo Jauretche fue un antes y un después en el sistema universitario”, expresó Catalina Núñez. En la misma línea, Fernanda Rosselli afirmó: “Por la positiva, la creación de la Universidad. Es un antes y un después para nuestra sociedad”.
Desde el plano sanitario, los relatos incorporaron vivencias directas: “A mi hijo lo operaron de la apéndice de urgencia, siempre estaré agradecida”, recordó Anastasia Krayt, mientras Claudia Gastaldi sintetizó: “El Hospital del Cruce y la universidad Jauretche fueron dos decisiones políticas que modificaron la actividad y la presencia de mayor salud y educación en la ciudad”.
El Hospital El Cruce y la UNAJ son instituciones públicas verificables, de alcance regional, que hoy forman parte estructural del sistema de salud y educación del conurbano bonaerense.
Defensa y Justicia y la proyección simbólica de la ciudad

Otro eje recurrente fue el crecimiento del club Defensa y Justicia como factor de identidad y visibilidad de Florencio Varela. Para muchos vecinos, el desarrollo deportivo del club marcó un punto de quiebre histórico.
“La bisagra entre el antes y el después se produce en 1978, cuando la AFA le da la filiación a Defensa y Justicia”, sostuvo José Ferrer, quien agregó que desde entonces “Florencio Varela comenzó a conocerse en el AMBA, luego en todo el país y hoy en Sudamérica”.
Otros testimonios reforzaron esa mirada: “El ascenso de Defensa”, resumió David Escobar, mientras Cristian Miranda destacó que “cuando Defensa ganó la Sudamericana y la Recopa, Varela fue conocida en el mundo”.
Los ascensos a Primera División y los títulos internacionales obtenidos por el club son hechos deportivos comprobables que ampliaron la proyección del distrito.
Explosiones y tragedias industriales: el recuerdo del kilómetro 26

Entre los episodios más mencionados aparece la explosión ocurrida en enero de 2004 en la zona de Dante Ardigó, kilómetro 26, vinculada al almacenamiento de pirotecnia. Bomberos, vecinos y familiares de víctimas aportaron recuerdos directos del hecho.
“Fue una de las más impactantes. Se escuchó como cuando una bomba detona”, relató Jonny Lobos. Viviana Legui precisó: “Recuerdo la explosión de Dante Ardigó, año 2004, el 2 de enero”.
Desde el rol de primeros respondedores, Daniel Luquez, bombero voluntario, afirmó: “Estuve presente en ese incendio y explosión”. Otros testimonios describieron el impacto humano: “Ver los cuerpos y el griterío fue una catástrofe”, expresó Roo Beuchel.
Se trata de un hecho histórico documentado, mientras que las valoraciones personales se consignan como memoria social, sin atribución de responsabilidades penales por parte de este medio.
Crímenes que dejaron una marca profunda

Los comentarios también recordaron hechos de violencia extrema que aún generan dolor comunitario. Entre ellos, el caso Norma Mirta Penjerek, los asesinatos de Paloma y Josué, y el triple narcofemicidio ocurrido en Villa Vatteone.
“Paloma y Josué. No olvidar”, escribió Raúl Carpinetti. “El caso Penjerek marcó a Varela por décadas”, señaló Liliana Edith. Sobre Villa Vatteone, una vecina expresó: “Las tres chicas asesinadas fue algo muy triste, impactó mucho porque pasó cerca de mi barrio” (Silvina Bustos).
Estos hechos fueron objeto de investigaciones judiciales y cobertura mediática en su momento. Las menciones actuales reflejan el impacto social persistente y la necesidad de memoria, sin calificaciones jurídicas distintas de las establecidas oficialmente.
Memorias de dictadura, inundaciones y desigualdad urbana
Algunos relatos retroceden a la década del 70. “Nos dijeron que iban a bombardear Varela. Pasaron tanques por mi casa”, recordó Susana Girola, a lo que Germán Salas agregó: “Los tanques se pararon a seis cuadras de mi casa, fue a fines de los 70”.
Otros testimonios se enfocaron en problemáticas estructurales actuales. “Cada vez que llueve es un desastre, seguimos viviendo sobre calles de tierra”, señaló Vivi Ybanez. Desde Ingeniero Allan, un vecino recordó la inundación de 2008 que afectó a cientos de familias y denunció que las obras hidráulicas permanecen inconclusas hasta hoy.
Una historia construida desde las voces del territorio
Los testimonios reunidos no buscan establecer una versión única ni definitiva de la historia de Florencio Varela. Constituyen, más bien, una memoria coral, atravesada por logros colectivos, políticas públicas que ampliaron derechos, tragedias que dejaron marcas profundas y desigualdades que persisten.
Como sintetizó un vecino: “Varela tiene de todo: orgullo, dolor, lucha y gente muy buena”.
Esa complejidad —contada en primera persona— es parte del derecho a la memoria y a la palabra de una comunidad que sigue construyendo su identidad.
