Así lo había anunciado Mariano De Los Heros, quien era en ese entonces director ejecutivo de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), durante la comisión de Presupuesto y Hacienda el 15 de octubre del 2024: «respecto al vencimiento de la moratoria, que estaría ocurriendo el 23 de marzo del año próximo (del 2025), no está previsto en el presupuesto ningún gasto o ingreso. Con lo cual, estimamos que no es voluntad del gobierno su prórroga. Igualmente, la situación de la población vulnerable, que no puede jubilarse, queda cubierta por la PUAM. Es decir, todas aquellas personas mayores a 65 años acceden a la PUAM, que representa el 80% de la jubilación mínima», dijo. Esto se traduce en que, actualmente, el 70% de los hombres y el 90% de las mujeres con la edad requerida, no están en condiciones de jubilarse.
Como bien lo dijo el ex, director ejecutivo de la ANSES, la Pensión Universal del Adulto Mayor (PUAM) es el 80% de una jubilación mínima, es decir, es un haber por debajo de la línea de pobreza. Se trata de una Pensión No Contributiva (no una jubilación), que no es compatible con «otros beneficios» como tener una pensión, seguro de desempleo, una jubilación. Para inscribirse, debe renunciar a las mismas. Tiene como requisito, pasar por una evaluación socioeconómica.
Además, niega años de aportes previos. Por ejemplo, si al momento de la edad jubilatoria quisiera acceder a la PUAM, habiendo hecho 20 años de aportes en lugar de 30 como dicta la norma para la jubilación, desconoce esos 20 años de aportes. Al acceder a la PUAM es como si nunca se hubiera realizado aporte alguno.
Otro problema es que es incompatible con el trabajo registrado, algo que estaba permitido al momento de su creación.
Un jubilado en Argentina necesita al menos $1.200.523 mensuales para afrontar sus gastos básicos, según datos de la Defensoría de la Tercera Edad. La jubilación mínima en febrero fue de $279.121,71, en marzo alcanzó los $349.121,71 por recibir el bono de $70.000. La PUAM, por su parte, es de $223.297,36.
Movilización de jubilados alrededor del Congreso de la Nación, miércoles 26 de marzo. Fotografía: Andrés Manrique (ANRed)
¿Qué otras opciones quedan para las personas mayores?
Además de la PUAM, existen las Unidades de Cancelación Anticipada de Pago (UCAPS). Pueden acceder a ellas quienes cumplan los siguientes requisitos:
- Ser mayor de 50 años la mujer y 55 el hombre y menor de 60 años la mujer y 65 años el hombre.
- Haber residido en el país durante el/los período/s que se pretende adquirir UCAP.
- No haberse encontrado prestando servicios bajo relación de dependencia, en carácter de Autónomo/a y/o Monotributista, durante los lapsos que procura adquirir las unidades.
- Las UCAP a adquirir podrán comprender los periodos devengados desde que el/la solicitante hubiera cumplido DIECIOCHO (18) años de edad hasta marzo 2012 inclusive. En el caso de personas extranjeras no podrán adquirir UCAP, por períodos anteriores a la fecha de ingreso al país.
Para las UCAPS, también se realiza una evaluación socioeconómica.
Por último, existen la Prestación por Edad Avanzada, una pensión contributiva a la que pueden acceder las personas con 70 años o más que tengan 10 años de aportes y:
- De los 10 años de aportes por lo menos 5 deben haber sido trabajados durante los últimos 8 años anteriores al cese de la actividad.
- No acreditar tareas en calidad de Servicio Doméstico.
- No percibir jubilación, pensión o retiro civil o militar nacional, provincial o municipal.
La moratoria de la ley 27705 permitió que 381.288 personas se jubilaran el último año. De acuerdo con el Boletín de Estadísticas de Seguridad Social, de diciembre de 2023 a diciembre de 2024 se incorporaron al sistema jubilatorio 426.290 personas. De esas, 381.288 lo hicieron mediante moratorias, lo que representa el 89,1% del total. En otras palabras, fueron 8 de cada 10 las jubilaciones otorgadas mediante moratoria.
Movilización de jubilados alrededor del Congreso de la Nación, miércoles 11 de septiembre 2024. Fotografía: Andrés Manrique (ANRed)
Según explicó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), en su cuarto informe la cocina de los cuidados: «Los y las jubilados que cobran la mínima terminaron 2024 con la pérdida del monto de una jubilación mínima entera entre los desfasajes de la devaluación y la compensación (Vectorial, 2024). La moratoria previsional por la que se jubiló el 78% de las mujeres y el 44% de los varones vence en marzo de 2025 y el gobierno expresó que no la renovará. En 2024, excluirla de la Ley Bases, que preveía su derogación, permitió que casi 200.000 mujeres más se jubilaran. Actualmente la mayoría de las mujeres no puede juntar más de 5 años de aporte en un trabajo registrado. En este contexto, el programa de Reconocimiento Previsional del Cuidado –del que Anses no informa datos desde 2023– carece de sentido si no empalma con una moratoria. Esto es porque sólo el 23% de las mujeres que hoy tienen 60 años tiene más de 25 años de aporte. El faltante de años de aporte es muy superior a la cantidad de años a computar por hijo, es decir que la vigencia de esta política sola no permitirá jubilarse a nadie».
Contexto y memoria
La edad mínima para jubilarse en Argentina actualmente es de 60 años para las mujeres y 65 años para los hombres. Es decir, aquellas personas que se estarían jubilando hoy, son quienes salieron al mundo laboral a fines de la última dictadura cívico militar, con una crisis económica y social enorme, consecuencia del proyecto dictatorial. Luego vivieron la hiperinflación del gobierno de Alfonsí, también la del gobierno de Menem, la crisis de los 90 con las privatizaciones y despidos masivos, también el 2001, la crisis económica durante la pandemia del Covid-19. En este contexto es muy difícil tener los aportes completos.
Al contrario de la idea que quieren instalar desde el gobierno y los medios comerciales, no existe «jubilarse sin aportes», porque inclusive quienes podían hacerlo por moratoria, hasta el pasado 23 de marzo, completaban los años de aportes faltantes, descontándoles una cuota en cada cobro de su jubilación hasta completar el esquema.
Esto en un país donde hay una tasa alta de trabajo informal estructural, que incluye tanto a personas en relación de dependencia que trabajan en condiciones precarias y sin aportes jubilatorios como aquellos que trabajan por su cuenta o changuean. Pero también a los multiempleo, es decir, aquellos que quizás tengan un trabajo registrado, pero otros trabajos no (o también dos o más trabajos informales).
En este sentido, los jubilados nos recuerdan todos los miércoles que ellos no están peleando por su jubilación, sino por la nuestra.
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